Economía

Cómo el FC Barcelona tiró a la basura su reinado e inició el declive que marca la salida de Messi

Por: Financial Times | Publicado: Jueves 5 de agosto de 2021 a las 15:59 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Antes de la pandemia, el Barcelona se convirtió en el primer club de cualquier deporte en superar los US$ 1.000 millones de ingresos anuales. Ahora su deuda asciende a unos US$ 1.400 millones.

Ahora, la Liga española le impide gastar por encima de sus posibilidades. El Barça ha tenido dificultad en renovar el contrato a Lionel Messi, el mejor futbolista del mundo y el mejor pagado, a pesar de que supuestamente ha aceptado reducir su sueldo a la mitad. El club ha puesto en venta a la mayoría de sus otros jugadores, aunque hasta ahora pocos clubes se han mostrado interesados.

Aunque la pandemia también ha agravado su situación, en realidad solo ha sido el golpe de gracia. De manera casi imperceptible, el Barcelona lleva en caída libre desde el partido disputado en Berlín en junio de 2015, cuando ganó su cuarta final de la Liga de Campeones en 10 años. El club había logrado la gloria sin gastar demasiado, gracias a una generación única de futbolistas brillantes de su propia cantera. Por aquel entonces, el Barça podía permitirse fichar a casi todo el mundo del fútbol. En cualquier negocio, la gestión más importante es la contratación. Pero el Barcelona perdió la "guerra por el talento". ¿Qué fue lo que falló?

El proceso de fichaje de jugadores del Barça es un tanto caótico, algo poco habitual en el deporte. Las corrientes rivales dentro del club presionan cada una por diferentes fichajes, en ocasiones sin ni siquiera informar al entrenador. Los candidatos a la presidencia del Barça hacen campaña presumiendo de las estrellas que comprarán si salen elegidos. El director deportivo de turno tendrá sus propias opiniones, al igual que Messi.

El hombre que controló la desastrosa política de fichajes del Barcelona entre 2014 y 2020 fue Josep Maria Bartomeu. Un tipo afable, que dirige una empresa familiar que fabrica los puentes de embarque de pasajeros. En enero de 2014, pasó de oscuro vicepresidente del Barça a presidente accidental cuando el titular, Sandro Rosell, dimitió. Aunque su paso en la presidencia parecía provisional, en julio de 2015, un mes después de la victoria en Berlín, los socios agradecidos del club dieron a Bartomeu una victoria aplastante en las elecciones a la presidencia del Barça.

El problema es que no entendia ni de fútbol ni del negocio del fútbol. Su director deportivo, el legendario portero español Andoni "Zubi" Zubizarreta, había fichado a jugadores como Neymar y Luis Suárez, que se compenetraron con Messi y formaron lo que se conoció como la Barcelona de la MSN. Pero Bartomeu no tardó en despedir a Zubi. En total, el presidente tuvo cinco directores deportivos en seis años.

El declive del Barcelona comenzó con la pérdida de Neymar. El brasileño era un extremo tremendamente eficaz que corría a los pases de Messi. Los goles esperados son un cálculo de las probabilidades de que un equipo marque gol en función de la calidad de sus ocasiones. En la temporada 2015/16, Neymar representó 1,2 por partido, sólo ligeramente por detrás del asombroso 1,4 de Messi. Pero Neymar quería ser Messi: la estrella de su equipo. En 2017, fichó por el París Saint-Germain (PSG) por un traspaso de 220 millones de euros, un récord mundial. El Barcelona nunca consiguió sustituirlo.

Cuando un club vende a un jugador por 220 millones de euros, en realidad no tiene 220 millones para gastar. Hay impuestos, honorarios de los agentes y pagos de deuda a plazos. Aun así, todos los demás clubes de fútbol en 2017 sabían que Bartomeu guardaba dinero en la recámara y quería exhibir un trofeo humano ante los 150.000 socios del Barça privados de Neymar.

Ofertas

Casi cualquier futbolista escucha una oferta del Barcelona. "A veces no se puede llegar a un acuerdo, pero todos se sientan a la mesa", me reconoció Rosell en una ocasión.

En 2017, el agente español Junior Minguella ofreció a la directiva del Barcelona al sensacional delantero francés de 18 años Kylian Mbappé. Pero Minguella ni siquiera recibió respuesta del Barça hasta que finalmente llegó un mensaje de WhatsApp de un miembro de la junta: "Ni los entrenadores ni el Presi lo querían".

En su lugar, el Barça se fijó en otro joven francés, Ousmane Dembélé, del Borussia Dortmund. Tres semanas después de la marcha de Neymar, Bartomeu y otro directivo del Barcelona tomaron un vuelo para negociar el fichaje de Dembélé con sus homólogos alemanes en Montecarlo, uno de los centros favoritos del negocio del fútbol.

El dúo del Barça aterrizó con una resolución firme: pagarían un traspaso por un máximo de 80 millones de euros. Si se superaba esta cifra, se marcharían.

Pero se llevaron una sorpresa. Los alemanes dijeron que no tenían tiempo para charlar, que tenían que coger un avión, que no iban a negociar. Querían aproximadamente el doble de la cantidad presupuestada por el Barcelona para Dembélé. Bartomeu cedió. Al fin y al cabo, era el presidente del club más rico del mundo. Se comprometió a pagar 105 millones de euros por adelantado, más 42 millones de euros en primas, más de lo que habría costado Mbappé.

Seis meses después, el Barça pagó al Liverpool 160 millones de euros por el brasileño Philippe Coutinho. El dinero del traspaso de Neymar se había evaporado. Un traspaso de más de 100 millones de euros debería ser una garantía frente al fracaso, pero ni Dembélé ni Coutinho triunfaron en el Barça.

Imagen foto_00000001

 

Ansiedad

Parte de esto puede deberse a la ansiedad que supone formar parte de este club. El delantero inglés Gary Lineker, que llegó procedente del Everton en 1986, confesó: "En cuanto bajé del avión, había cientos de fotógrafos y prensa. Estaba allí con el delantero galés Mark Hughes. Acabábamos de firmar y nos dijeron: 'Hoy vamos a entrenar en el campo, es cuando te presentan al público', y pensamos, bueno, ¿quién va a acudir? Tal vez 30 personas, tal vez 40. Había unas 60.000 personas, sólo para animar a los nuevos jugadores y ver un poco el entrenamiento".

Lineker reconoció que Hughes, que fracasó en el Barcelona, era uno de los jugadores que son un manojo de nervios en el Camp Nou. "Los niveles de expectación están ahí".

No es de extrañar que el Barcelona se enfrente a un peculiar obstáculo en el mercado de fichajes: muchos potenciales fichajes sienten que no son lo suficientemente buenos para el Barça. Rosell me explicó que "a veces viene un agente y dice: 'No, no, no estamos preparados'. Bartomeu también me comentó que "hay jugadores muy importantes que rechazan ofertas de este tipo y que ahora juegan en otros clubes".

A principios de 2019, cuando el Barcelona tanteó al joven centrocampista del Ajax de Ámsterdam, Frenkie de Jong, aficionado al Barça desde la infancia, tuvo sus dudas sobre si entrar en el equipo. Aceptar una oferta del Manchester City o del PSG le parecía más realista. Estuvo toda una noche pensando en lo que podría ser la decisión más importante de su vida profesional. Bartomeu se tomó la molestia de visitarle en Ámsterdam para tranquilizarlo y De Jong decidió finalmente que debía arriesgarse a fichar por el Barça, en lugar de pasar el resto de su vida preguntándose si podría haber llegado hasta allí.

El Barcelona pagó al Ajax un traspaso de 75 millones de euros. Según el agente de fútbol Hasan Cetinkaya, que asesora al club holandés, esta cantidad es casi el doble de lo que el Ajax esperaba obtener inicialmente. El Barça estaba acostumbrado a pagar de más.

El poder de Messi

A principios del verano de 2019, Neymar mandó un mensaje a Messi para decirle que quería dejar el PSG. ("MSN" tenía un grupo de WhatsApp). Messi vio la oportunidad de enmendar el error del Barcelona de 2017. Le respondió: "Te necesitamos para ganar la Champions". Convocó a Bartomeu y se lo hizo saber. Messi filtró la noticia a los medios para presionar al club.

Pero el Barça sabía que Neymar, de 27 años, se lesionaba con facilidad y salía por las noches y decidió que no iba a pagar los 200 millones de euros que pedía el PSG. Para entonces, el Barcelona se estaba quedando sin dinero, en parte por su racha de fichajes fallidos y en parte porque los aumentos de sueldo que Jorge, el padre de Messi, seguía exigiendo estaban desangrando al club.

Entre 2017 y 2021, Messi ganó más de 555 millones de euros, según partes de su contrato de 30 páginas publicadas por el diario El Mundo. Ni Messi ni los altos cargos del Barcelona negaron la cifra. Un ejecutivo del Barça reconoció que el salario de Messi se había triplicado entre 2014 y 2020. Pero añadió: "Messi no es el problema. El problema es el efecto contagio en el resto del equipo". Cada vez que Messi recibía un aumento, sus compañeros también exigían uno. El salario de Messi finalmente hizo imposible que el Barcelona comprara al jugador que más quería la estrella argentina.

El Barça se pasó el verano de 2019 fingiendo que quería fichar a Neymar, para poder echarse atrás y decirle a Messi: "Hicimos todo lo posible pero no pudimos conseguirlo". En su lugar, el Barcelona pagó al Atlético de Madrid 120 millones de euros por Antoine Griezmann, el francés de 28 años que había rechazado al club un año antes. Fue una cifra récord para un futbolista mayor de 25 años. Pero el aparente interés en Neymar por parte del Barça no pareció engañar a Messi. Cuando se le preguntó si el club había hecho todo lo posible para conseguir al brasileño, respondió: "No lo sé... no está muy claro". Según un empleado del club que ha trabajado con Messi desde antes de su debut en el primer equipo en 2004 "él manda, no busca peleas, es un buen tipo. Pero sabe que tiene el poder". Cuando Messi perdía una batalla, recuerda el empleado, no decía nada, pero "tomaba nota".

El fracaso en la compra de Neymar fue la mayor derrota de Messi dentro del Barça y el jugador no perdona a Bartomeu. Messi no estaba demasiado interesado en el poder. Hubiera preferido que los directivos y los entrenadores lo gestionaran todo, pero siempre y cuando compraran exactamente los jugadores que él quería.

Los jugadores que llegan al Barcelona suelen ser las estrellas de todos los equipos en los que han jugado desde los seis años. En el Barça, se convierten en aguadores de Messi. El descenso de categoría fue duro para una superestrella veterana como Griezmann, sobre todo cuando, por primera vez en su carrera, se quedó en el banquillo. Rara vez alcanzó su mejor nivel en el Barça.

En total, el Barcelona gastó más de 1.000 millones de euros en fichajes entre 2014 y 2019, más que cualquier otro club de fútbol, y sin embargo, como admitió el veterano defensa Gerard Piqué, "cada año éramos un poco peores". En enero de 2020, cuando el Barça necesitaba un delantero para sustituir al lesionado Suárez, el club se vio obligado a hacer fichajes en las rebajas. El director deportivo Eric Abidal se puso en contacto con los agentes de Cédric Bakambu, delantero franco-congoleño del Beijing Guoan.

Fichajes inexplicables

Sin embargo, el fichaje más extraño de la era Bartomeu fue la de Matheus Fernandes. En enero de 2020, el Barça fichó a este desconocido centrocampista suplente de 21 años procedente del Palmeiras brasileño. El precio del traspaso fue de 7 millones de euros, más 3 millones de euros en posibles complementos. Fernandes fue un fichaje casi secreto. El Barça nunca le hizo una presentación oficial. Tras una cesión del Valladolid, donde sólo jugó tres partidos, regresó al Camp Nou y recibió el número 19 de la camiseta "Covid" que nadie quería. La temporada pasada, "el fantasma brasileño" jugó 17 minutos con el primer equipo.

Nadie sabía por qué el Barça lo había comprado. El director deportivo del Palmeiras, Alexandre Mattos, explicó más tarde que, de alguna manera, había pedido a Abidal que viniera a ver los entrenamientos del club. "En ese momento, me llamaron loco: '¿Quieres vender a un jugador del filial del Palmeiras, que no juega mucho, al Barcelona?". Uno se pregunta qué hizo Messi con Braithwaite y Fernandes.

En el verano de 2020, el déficit de fichajes del Barça perseguía a Bartomeu y a los miembros de su junta directiva. Según las normas que rigen a los clubes españoles con socios como el Barça, los directivos tenían que devolver las pérdidas de su bolsillo. La junta directiva necesitaba obtener beneficios antes del final del año financiero el 1 de julio. Así que se urdió un extraño traspaso. Llegó de la Juventus, también interesada en mejorar sus cuentas. La Juve "vendió" al centrocampista bosnio Miralem Pjanic al Barça por 60 millones de euros, mientras que el Barça vendió al centrocampista brasileño Arthur Melo a la Juve por 72 millones de euros.

Estas cantidades nunca se pagarían realmente. Se inventaron con fines contables. Según las normas de contabilidad, cada club contabilizaría el supuesto precio de venta como un ingreso inmediato y los pagos ficticios se repartirían a lo largo de los años de contrato de los jugadores. Al final, sólo 12 millones de euros de dinero real acabarían cambiando de manos, la diferencia entre los precios ficticios de los dos jugadores, pagados por la Juve al Barça. Lo que importaba era que el intercambio ayudaba a ambos gigantes a sanear sus cuentas.

El mérito de Bartomeu es el de haber fichado aquel verano a Pedri, de 17 años, procedente de Las Palmas, por un precio inicial de sólo 5 millones de euros. El chico se convirtió en una sensación. Brilló con España en la Eurocopa de este verano y jugará en la final de fútbol masculino en los JJOO el sábado contra Brasil. Sin embargo, ese éxito no puede compensar todos los fracasos de Bartomeu.

El Barcelona terminó la temporada pasada tercero en la liga española, su peor resultado desde 2008. El Atlético de Madrid ganó el título, en gran parte gracias al regalo de Suárez del Barça. El uruguayo marcó 21 goles en la liga, y fue el delantero que le faltó al Barcelona durante toda la temporada. Tras marcar el gol de la victoria en el último partido, se sentó en el campo llorando de felicidad. "Me despreciaron en el Barcelona al principio de la temporada, pero el Atlético me abrió todas las puertas", reconoció.

Imagen foto_00000005

Esta temporada podría ser peor para el Barça. La Liga sólo permitirá que el club gaste unos 160 o 200 millones de euros en jugadores este año, menos de un tercio de la cantidad de hace tres años. El Barcelona no sólo está pagando salarios que no puede asumir, sino que también sigue amortizando fichajes fallidos de hace años. El club ha pasado de comprar en rebajas a fichar únicamente a jugadores sin contrato por los que no tiene que pagar un traspaso. El Barça se ha desprendido de unos cuantos reservas con sueldos relativamente modestos. Fernandes recibió un correo electrónico en el que se le comunicaba la rescisión de su contrato; al parecer, ha emprendido acciones legales por despido improcedente. Al Barça le gustaría vender a algunos jugadores caros, pero Dembélé está lesionado y Coutinho se recupera de una lesión.

El club podría acabar teniendo que vender a sus jugadores jóvenes más preciados, Pedri y De Jong. Los grandes clubes rivales no tienen piedad. Messi podría optar por marcharse. "El Barça necesita reducir sus expectativas durante un tiempo, no intentar ganar cada año la Liga o la [Liga] de Campeones", me reconoció otro alto cargo del club. A veces he tenido la sensación de estar escribiendo un libro sobre el saqueo de Roma en el año 400 por los pueblos bárbaros.

Lo más leído